Conteúdo
- Peruanos escravizados
- De Pedro a. Buenaño a Euclides da Cunha. A bordo de la Cahuapanas, Mayo 18 de 1905
- A Pedro Alejandro Buenaño. Bordo da Lancha n. 4, 8 de maio de 1905
- A Pedro Alejandro Buenaño. Bordo da Lancha n. 4, 18 de maio de 1905
- De J. Leite & Cia. a Euclides da Cunha. Liberdade, 18 de maio de 1905
- A lápide do “Funil”
- De Comision Cientifica en el Rio Purus a Euclides da Cunha. Catai, 30 de agosto de 1905
- A volta do Curiuja
- A Pedro A. Buenaño. Maniche, 20 de agosto de 1905. Ofício n. 89
- De Pedro A. Buenaño a Euclides da Cunha. Maniche, 20 de agosto de 1905
- A Pedro A. Buenaño, Maniche, 20 de agosto de 1905. Ofício n. 90
- De Manoel da Silva a Euclides da Cunha, Maniche 20 de agosto de 1905
- De Comision Cientifica en el Rio Purus a Euclides da Cunha. Cocama, 21 de agosto de 1905
- A Pedro A. Buenaño. Acampamento à margem do rio Purus, 24 de agosto de 1905. Ofício n. 92
- De Comision Cientifica en el Rio Purus a Euclides da Cunha. Curanja, 25 de agosto de 1905
- Sobre as coordenadas, cronômetros etc.
- De Comision Cientifica en el Rio Purus a Euclides da Cunha. Cocama, 21 de agosto de 1905
- A Pedro A. Buenaño. Acampamento à margem do rio Purus, 24 de agosto de 1905. Ofício n. 94
- A Pedro A. Buenaño. Acampamento à margem do rio Purus, 24 de agosto de 1905. Ofício n. 93
- De Comision Cientifica en el Rio Purus a Euclides da Cunha. Curanja, 25 de agosto de 1905
- A Pedro A. Buenaño. Curanja, 26 de agosto de 1905. Ofício n. 95
- De Comision Cientifica en el Rio Purus a Euclides da Cunha. Curanja, 26 de agosto de 1905
- Em Cataí (deslocamento do acampamento brasileiro)
- De Comision Cientifica en el Rio Purus a Euclides da Cunha. Cataí, 30 de agosto de 1905
- A Pedro A. Buenaño. Cataí, 31 de agosto de 1905. Ofício n. 96
Peruanos escravizados[ 1 ]
Comision Peruana de Reconocimiento del Alto Purus. A bordo de la Cahuapanas, Mayo 18 de 1905
Señor Euclides da Cunha, Comisario de la Comision de Reconocimiento del Alto Purus.
Con el agrado de siempre, dirijo à U. S. el presente oficio, no dudando que le prestará todo el apoyo posible al objeto que lo motiva.
Desde nuestra salida de Manáos, sabia el que suscribe, por datos particulares y aún puede decirse oficiales, que en algunos de los lugares ó puestos del Purus habitados por brasileños existian varios peruanos en la triste condición de esclavos y considerados como trofeos de los hechos de armas que tuvieron lugar entre peruanos y brasileños, que toda persona sensata condena, y que han motivado las Comisiones de las que somos los jefes.
Si este retroceso á los tiempos primitivos es en generál censurable, U. S. bien comprende que amarga decepción sufrirá el que vea que esas injusticias se cometen con sus compatriotas, caso en el que se encuentra el que suscribe.
He demorado dirijir a U. S. este oficio por que he querido tomar datos fidedignos, pues no obstante la buena fuente de quien recibia estas noticias, dada la gravedad de ellas, dudaba de su veracidad. Hoy con pleno conocimiento de lo sucedido por las averiguaciones que he venido haciendo, sé que realmente en el lugar Liberdade existen en poder del Sr. Ferreira, que fué el jefe de las fuerzas patrióticas brasileñas, peruanos cuyo número no puede determinarse y sé solo los nombres de los siguientes: Manuel y Trinidad Guerra, hermanos, un viejo Nyaco, su mujer y dos hijos, um muchacho sirviente del Ex-Comisario Barreto y Narciso Liolo, tomado en Cariry. Debo hacer constar que los datos conseguidos son en la mayor parte dados por brasileños que viven en las barracas e cuyo aspecto es el de gente pobre y con placer he visto que condenaban lo que hacian los que por su condicion eran los señores. Contrastes de la humanidad: en una chosa de paja que apenas abriga a una reducida familia las ideas de justicia están arraigadas; en aquella en que gozan de conforto los de clase más elevada y que para mayor sarcasmo llaman “Liberdade”, desconocen, al parecer, los principios de humanidad é impera la fuerza, ó sea la injusticia. Excusará U. S. estas divagaciones; pero el espiritu pierde su serenidad ante semejantes abusos, que bajo ninguna fas se deben aceptar. Nuestras Comisiones se formaron para que se procedieran ambos Gobiernos con equidad y justicia t si esta podemos hacerla en el tránsito aún cuanto la misión que llevamos sea otra, no debemos perder la oportunidad, más si se atiende a la gran distancia en que quedan estos lugares de los centros en que ella fuera lo que deberia ser, neutral.
No necesito exponer que jamás serian aceptadas estas injusticias por el Gobierno ó autoridades que comprenden sus deberes y que por conseguiente no puede tomarse el nombre del Brasil en generál para condenarlas; me explico lo que sucede, solo per que la distancia los pone á salvo del castigo y personas sin conciencia abusan de ese aislamiento. Toman el nombre del pais y acaso ignoran que ese patriotismo mal entendido hace un gran daño á la bandera que jamás podrá apoyar ó encubrir esos procedemientos. U. S., como yo, sabemos á que móviles obedeció el derramamiento de sangre que tuvo lugar el año pasado y no es de extrañarse que todo abuso se haya cometido.
Dadas las buenas relaciones que entre nosotros mantenemos y conociendo lo arraigado que tiene U. S. sus ideas de confraternidad y justicia, que todo caballero debe amar, espero haga U. S. uso de su influencia ó autoridad para que á esa pobre gente no se limite el rayo de sol ó el terreno que debe pisar y me sean entregados para enviarlos á mi patria y cese para ellas tan inicuo destino. Mucho he inquirido para saber si algun peruano tiene á brasileños en igual condicion; felizmente creo no hay ninguno y si U. S., tiene conocimiento de ello ó de algun abuso semejante, sirvase comunicarmelo que por mi parte abrigo las mismas ideas de equidad que U. S. las que merecerán el apoyo de nuestros superiores, aun que es verdad que la justicia no tiene nacionalidad y el bien que estos casos se hace es mas meritorio y ennaltece aún más al que lo concede. Dios aguarde a U. S. S. L.
(Assinado) Pedro A. Buenaño.
Está conforme o original. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc. [ 1 ]
Bordo da Lancha n. 4, 8 de maio de 1905
Sr. D. Pedro Alexandre Buenaño, chefe geral das comissões peruanas de reconhecimento dos rios Juruá e Purus.
De pleno acordo com todas as considerações e elevados intuitos do seu ofício desta data, relativamente à situação de vários cidadãos peruanos no sítio da Liberdade, farei o que em mim couber para satisfazer o pedido com que me honrou, lamentando não possuir poderes para uma intervenção mais decisiva.
Reitero a V.S.ª os meus protestos de alta estima e mui distinta consideração.
(Assinado) Euclides da Cunha, engenheiro comissário.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
Bordo da Lancha n. 4, 18 de maio de 1905
Sr. capitão de corveta D. Pedro Alexandre Buenaño, Dmo. chefe geral das comissões peruanas de reconhecimento dos rios Juruá e Purus.
Tenho a honra de enviar, inclusa, a cópia da carta que nesta data me dirigiram os Srs. J. Leite & Comp., relativamente ao assunto tratado por V.S.ª em ofício desta data.
Apresento a V.S.ª os meus protestos de alta estima e mui distinta consideração.
(Assinado) Euclides da Cunha, engenheiro comissário.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
Liberdade, 18 de maio de 1905
Cópia autêntica da carta:
Ilmo. Sr. Dr. Euclides da Cunha.
Tendo em vista o pedido de V.S.ª, cumpre-nos dizer-lhe que os únicos peruanos existentes em nosso lugar são os de nomes Samuel Machoce e Trindade Guerra, os quais aqui estão por sua livre e espontânea vontade sem coação de pessoa alguma, tendo até os referidos saldo em nossa casa, o primeiro, de setecentos mil réis e o segundo, de trezentos mil réis, conforme mostramos a V.S.ª Portanto é falsíssima a notícia que propalam, sobre a escravização de cidadãos daquele país, partindo esta calúnia somente de inimigos gratuitos.
Sem outros motivos, somos de V.S.ª amigos respeitador e grato.
(Assinado) J. Leite & Comp.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc. [ 2 ]
A lápide do “Funil”[ 3 ]
Comision Cientifica en el Rio Purus. Catay, 30 de agosto de 1905
Señor Comisario.
Habiendome dicho U. S. si no habia por mi parte encoveniente para por medio de un oficio hacer ver que la enscripción puesta en la tumba que formé á los restos de La Fuente y compañeros victimados en el Funil, no comprendia un calificativo ofensivo á los brasileños en general. Y como U. S. de manera cordial me hizo ver que habian personas de escaso criterio que habian supuesto en ella un ataque al nombre brasileño. Expongole, que jamás pude tener semejante idea, que sólo indicaria de mi parte falta de sentido común. U. S. y demás personas sensatas, ven tambien que las palavras inscritas se refieren á los que cometieron el crimen y para ellos mantengo lo que está escrito, como en caso idéntico puede hacerlo U. S. ó cualquiera, com mim compatriotas sin que pueda darse por ofendido ni el que suscribe, ni nenguno que conosca las reglas grama ticales y no produce darles torcida interpretacion ó aprobar crimenes que todos condenamos. Constituidas las agrupaciones ó pueblos, por elementos buenos y malos, asi como á los primeros se les premia por los hechos que los haches sobresahir; á los segundos, debese castigarseles severamente, se descienden mas allá de la maldad tolerable, sin que por esto pierda la nacionalidad á que pertenecen, ni pueda por estos afectarse el buen nombre de la nación al darles el calificativo que merecen esos malos ciudadanos. Cumplo pues con verdadera voluntád, en atender al amistoso pedido de U. S. y no necesitaba virle decir que dado e tenor de la inscripción, éra endudable que ella no incarnaba insulto alguno á lo brasileños, pues basta la más lejera instrucción para comprender el verdadero sentido; pero comprendo tambien que la ignorancia puede dar lugar á algun mala interpretación, por la cual no tengo obstáculo en suscribir el presente.
Dios Guarde a U. S.
(Assinado) Pedro A. Buenaño.
Al Sr. Ingeniero Don Euclides da Cunha, jefe de la comisión de reconocimiento Brasileño en el rio Alto Purus.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
A volta do Curiuja[ 4 ]
Maniche, 20 de agosto de 1905
Ofício n. 89.
Sr. Comissário — Como V.S.ª não ignora, a falta de gêneros alimentícios foi a causa principal de não ter eu sulcado o “Curiuja” até ao varadouro, vencendo quaisquer dificuldades naturais que se me antepusessem.
Ora, este empeço grave cessou.
Acabo de receber víveres que me bastam, de sobra, para dois meses; de sorte que, se V.S.ª aquiescer a este convite, podemos ainda renovar a nossa investida, já que bem próximos nos achamos ainda da Forquilha de onde partimos no dia 16 do corrente.
Tenho o máximo prazer em emprestar a V.S.ª a metade dos víveres que possuo para esse fim, caso se torne necessário.
Aguardando a sua resposta, subscrevo-me com a maior consideração.
(Assinado) Euclides da Cunha, engenheiro comissário.
Ao Sr. Capitão de corveta D. Pedro Alexandre Buenaño, M. D. Chefe Geral das Comissões Peruanas de Reconhecimento dos rios Purus e Juruá.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
Comision Peruana de reconocimiento del Alto Purus. Maniche, 20 de agosto de 1905
Sr. Comisario — Grato me ha sido recibir el oficio de U. S. de fecha de hoy y que me ha sido entregado á las 4 p. m.; el cual contesto imediatamente. No ha dejado de sorprenderme la propuesta, que en el me hace U. S., de regresar para verificar el estudio del varadero del Curiuja, porque ya ha desaparecido el enconveniente que para ello tenia U. S. Ya esperaba U. S. encontrar los nuevos viveres que debian enviarle y si deseaba volver al varadero, una vez aprovisionado, muy natural era, el que U. S. se hubiera servido comunicarmelo cuando me encontraba surcando el Curiuja, pues si asi lo hubiere hecho, habia yo continuádo viage y á la fecha me encontraria en el varadero ó en sus proximidades. Pero nada de esto sucedió y mi comision regresó, porque lo hacia la de U. S. Con la seriedad que estos actos tienen, se sentó el acta respectiva y dióse por terminado el objeto que nos llevó á las cabeceras del Purus.
La comision que presidio, ha demorado horas y aún dias esperando á la de U. S. á fim de verificar juntos lo que las instrucciones mandaban y por ultimo, encontramos al Curiuja y motivó mi regreso el hecho de que U. S. no podia continuar. No créo dudará U. S. de que en el tiempo trascorrido hasta hoy, he podido ir y volver de los dos varaderos, pues no ignora U. S. que contaba con todos los elementos necesarios. Emprendido el regreso, encontré à U. S. en Shambuyacu, donde ja habia recibido viveres ty em propio que le anunciaba la llegada de mayor cantidad y solo hoy recibido su apreciado oficio. Sin embargo he de pasar por alto toda observacion y concretandome á la respuesta que U. S. solicita, le diré que puede emprender viage al varadero del Cujar lo pasamos independientemente, porque según me dijo U. S. al adelantarse, no creia indispensable el que fuesemos juntos; por conseguiente, igual cosa puede repetirse en el otro varadero. Quedo muy agradecido por su galante ofrecimiento de prestarme viveres, los que no me son necesarios, pues tengo los suficientes. En el varadero del Curiuja me seria grato encontrarle y termino felicitandolo por los refuerzos que ha recibido la “Comision” que U. S. tan dignamente preside. Dios aguarde a U. S.
(Assinado) Pedro A. Buenaño.
Al Sr. Ingeniero Dr. Euclides da Cunha, Comisario de la Comision Brazileña de Reconocimiento del Alto Purus.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
Maniche, 20 de agosto de 1905
Ofício n. 90.
Sr. Comissário — Agradecendo a V.S.ª a resposta que deu ao meu ofício desta data, em que o convidei para volvermos a ultimar a nossa missão, peço-lhe venia para, por minha vez, responder a vários pontos do seu apreciável comunicado, acompanhando-a na mesma ordem das considerações que aprouve a V.S.ª fazer.
Assim, em primeiro lugar, devo declarar-lhe que absolutamente não esperava víveres de espécie alguma, quando sulcávamos o Curiuja. Há quase três meses estavam interrompidas as minhas comunicações com o resto da minha comissão tão grandemente enfraquecida por um naufrágio — e somente simples conjecturas e instáveis esperanças me poderiam restar relativamente a qualquer sorte de auxílios. A minha situação naquele momento — não ignora V.S.ª (e V.S.ª seria a minha melhor testemunha se eu necessitasse justificar-me) — era gravíssima. Trazia há mais de 15 dias a menos de meia ração um pessoal já bastante provado, e só por um esforço superior de boa vontade consegui impor-lhe tantos trabalhos com os recursos aleatórios que se nos antolhavam. Se tal não sucedesse nenhuma dificuldade me faria recuar como o demonstra a sulcada do Cujar e a travessia do varadouro do Pucani — que V.S.ª, experimentado em tais empresas, numerosas vezes me garantiu que eu não realizaria e que eu realizei.
Recuei na subida do Curiuja — e voltei tranquilo, absolutamente convencido de que ninguém com tais recursos levaria mais longe o cumprimento do dever. Lavrou-se então a ata a que V.S.ª se refere — que subscrevi e que subscrevo, porque de fato, naquela ocasião me faltavam de todo os elementos únicos que eu necessitava: uma canoa ligeira e víveres para alimentar, mesmo escassamente, o pessoal que me acompanhava. Recebi parte destes antes de chegar ao Chambuiaco e de pronto acalentei a ideia de os aproveitar para reatar a subida. Nada comuniquei então a V.S.ª, porque estando aqui em Maniche o resto daqueles víveres queria verificar de viso a quanto ele montava. Feito isto, e sendo favorável a observação, mandei-lhe o meu ofício, onde o oferecimento de um empréstimo de gêneros, bem compreensível pelo afastamento em que nos achamos, visa principalmente economizar o tempo de modo que possamos desde já reatar a subida. Infelizmente V.S.ª não o aceitou porque tem gêneros em Curanja, ponto afastado que exigirá pelo menos 10 dias, em viagem rápida, para a chegada do seu material. Remove V.S.ª este inconveniente, declarando que posso seguir na frente porque efetuamos separadamente a exploração do varadouro do Cujar, podendo o mesmo repetir-se no do Curiuja. Esclarece o caso, lembrando-me que eu mesmo, no momento em que me adiantei penetrando do varadouro, lhe declarei não ser indispensável que seguíssemos juntos. Mas ali a nossa separação foi de horas e não de dias; seguimos juntos até lá, justamente porque V.S.ª de posse de ubás ligeiras avantajava-se durante o dia e tinha sempre a alta gentileza de aguardar-me nos pontos em que acampávamos — sempre obediente ao propósito mutuamente firmado de não nos afastarmos muito. E a travessia do varadouro certo não destruiu um tal propósito[,] porque depois daquele fato V.S.ª mesmo confessa que me aguardou durante dias (dous dias) na confluência do Curiuja.
A partida isolada durante tantos dias será pelo menos estranhável, senão inquinar de nulidade os trabalhos efetuados, dado o caráter misto da nossa comissão — o que não acontece em separações, inevitáveis às vezes, de algumas horas. Foi no intento de evitar um isolamento antagônico às instruções que nos guiam, que lhe ofereci parte dos gêneros que, com os que V.S.ª ainda possui, talvez lhe bastem para a viagem, e em tal oferta houve, essencialmente, o propósito de abreviar a nossa partida.
Não insisto, porém, no oferecimento porque neste momento fui surpreendido por um fato de todo em todo inesperado. O Sr. Secretário da minha comissão tinha alugado neste porto ao Sr. Juan A. Rodriguez, pagando adiantadamente 20 dias, conforme o recibo em meu poder, uma ubá, única embarcação apropriada a sulcar os rios esgotados como o Curiuja. Era um elemento precioso e indispensável — tanto que antes de lhe mandar o meu ofício pedi ao mesmo funcionário que falasse com a proprietária que mantinha o trato realizado, e só lh’o mandei depois de uma afirmativa decisiva em que além dos dias pagos se incluiriam os que ultrapassassem o prazo.
Pois bem; acabo de ser surpreendido com o distrato, declarando a mesma proprietária que não pode mais ceder a embarcação nem mesmo durante os dias pagos, e estando pronta a restituir a importância dos dias a vencer-se. Ora, V.S.ª presenciou durante a nossa subida quão inúteis foram todos os meus esforços para conseguir uma simples embarcação daquelas em todos os pontos a montante deste.
Diante de tais fatos resta-me a consciência de ter feito quanto em mim coube para terminar inteiramente a missão que me confiaram — e lamento não poder receber as felicitações sinceras ou lisonjeiras com que V.S.ª termina o seu ofício, mas pouco cabidas em quem tem visto tão anulados os seus esforços para o simples cumprimento de um dever. Subscrevo-me com a mais alta consideração.
(Assinado): Euclides da Cunha, engenheiro comissário.
Ao Sr. Capitão de Corveta D. Pedro Alexandre Buenaño M. D. Chefe geral das Comissões Peruanas de reconhecimento dos rios Purus e Juruá.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
Maniche, 20 de agosto de 1905
Ilmo. Sr. Dr. Euclides da Cunha, Digníssimo Chefe da Comissão Brasileira de Reconhecimento do Alto Purus.
Tendo partido a 8 de julho próximo passado do nosso acampamento em São Braz, trazendo um batelão carregado de víveres para os membros desta comissão, que se achavam nas cabeceiras deste rio, depois de 38 dias de penosa viagem, aqui cheguei no dia 16 do corrente, às 4 e 45 da tarde. Impossibilitado inteiramente de chegar ao termo da minha viagem, devido à baixa excessiva do rio nestas paragens, e o calado do nosso batelão, resolvi estacionar aqui e alugar uma ubá a fim de transportar os víveres ao lugar onde V.S.ª se achava com os outros membros desta comissão. Felizmente consegui o meu intento; aluguei ao Sr. João A. Rodrigues, peruano, proprietário, residente nesta localidade, uma ubá, pagando eu adiantadamente, apenas 20 dias, como verá V.S.ª pelo recibo junto, por julgar suficiente este prazo à realização de meu desideratum; assistindo-me, entretanto, o direito de ficar com ela por mais tempo, caso isso fosse preciso. Estando ausente o Sr. João A. Rodrigues, hoje, às duas horas da tarde, fui a mandado de V.S.ª reforçar o contrato com a sua cunhada, que era a única pessoa com quem se podia tratar na ausência deste; esta confirmou-me in totum o dito contrato. À noite, porém, fui surpreendido pelo fato da mesma senhora ter-me mandado chamar e dissolver o contrato que poucas horas antes, como V.S.ª não ignora, tinha firmado, querendo a todo o transe me restituir o dinheiro que tinha sido pago adiantadamente, o que absolutamente não aceitei.
Como este fato vem dificultar bastante a subida, que V.S.ª tencionava empreender de novo ao Curiuja comunico-vos, a fim de que tomeis as providências que julgardes convenientes.
Reitero a V.S.ª os meus protestos de respeitosa consideração.
(Assinado) Manoel da Silva Leme,
Engenheiro secretário.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
Comision Cientifica en el Rio Purus, Cocama. Agosto 21 de 1905
Señor Comisario: — El dia 21 del presente y en momentos de alistarme para continuar viaje, me fué entregado su apreciable oficio de fecha 20 en el que U. S. me comunicaba que habiéndosele nuevamente presentado dificultades para seguir al varadero del Curiuja, quedaba sin lugar la propuesta que en igual fecha me hizo y que imediatamente acepté, de que volviéramos á subir para ir al citado varadero. Como no era necesaria la inmediata respuesta y todo estaba ya embarcado, rogué al Auydante de U. S. se sirviera decir que en la primera oportunidad me ocuparia de aclarar algunos puntos de su apreciable, lo cual paso á hacer, más que todo para evitar más tarde interpretaciones, que aqui explicadas quedan subsanadas á fin de que siendo leido estos documentos por extraños, no den lugar á injustas enculpaciones. En primer lugar la condición de ambas comisiones despues de haber recibido la de U. S. refuerzos, era muy desigual, no por falta de viveres, porque como U. S. lo sabe, los tengo en Curanja, sino á causa de la jente de relevo que U. S. recibió. Esta éra mi consideración principal, sabe bien U. S., que mi comision ha surcado integra, que ha soportado trabajos en nada menores que los de los subalternos de U. S., á excepcion de estar mejor alimentada y por conseguiente, aun que en número mi comision era tres veces mayor que la de U. S., las fatigas han sido eguales y no he tenido jente en descanzo. Sin embargo, hechas las lijeras observaciones que endiqué en mi oficio de fecha 20, acepté lo que U. S. me proponia sabiendo que mi fatigada gente necesitaba reposar, afin de curar sus muchas lastimaduras, pero se hacia preciso un nuevo esfuerzo y mi comision, como siempre, habria sabido realizarlo. Con el deseo de cumprir á la mayor brevedad lo que ofreci iba a partir lo mas lijero posible para llegar al Curanja y regresar al Curiuja, por eso su Ayudante me encontró á las 6 a. m. del dia 21 tomando um lijero alimento, porque no iba á parar para almorzar y de este modo ganando tiempo, no habrian trascurrido muchos dias sin encontrarnos. Pero surje el obstáculo á que U. S. se refiere en su comunicacion queda anulado el buen proposito y aqui es donde U. S. me permitirá hacer algunas aclaraciones que son el motivo principal de este oficio. El Ayudante Sr. Arnaldo, ha tenido la bondad de explicarme el verdadero sentido y el objeto que U. S. ha tenido al detallarme de que manera adquirieron una canoa y porque se vieron precisados á devolverla. Pero al leer las explicaciones que hace U. S., hay algo que llama la atencion y es que antes de mandarme el oficio tenia U. S. la canoa y despues que el llegó á mi poder, le pidieron la citada embarcacion que habian alquilado, de donde podria facilmente interpretarse que existia alguna relación entre este mal procedimiento de parte de una chola á quien sólo vi en las primeras horas de mi llegada y su citado oficio ó expresandose con mas claridad, que yo éra el causante de que esto sucediera. Repito, el Ayudante de U. S. me hizo ver que el hacer constar que contaban con la embarcación, habia motivado ese detalle y aunque no podia imajinarme se me atribuyes en tales actos hice la debida salvedad quedando satisfecho con lo que el Sr. Arnaldo me explicó. Por otra parte, que objeto podria tenerse en que U. S. no tuviera toda clase de facilidades? El comportamiento de esta jente ignorante, no es de extrañar pues en presencia de su Ayudante se le ha ofrecido cinco veces el valor de la canoa sin que quiciese aceptar y resultó que quien hizo el recibo no era el dueño sino la mujer que la reclamaba y al mismo señor dijo, que desde por la tarde habia pedido que se la devolvieran, siendo asi que el Sr. Arnaldo afirmó y desde luego creo, que sólo en la noche cambió de opinión. Esto sucede en la jente de igual condición ya sean peruanos, brasileños, etc., etc., yo en estos lo he presenciado, y principalmente en los que habitan estas partes lejánas y de escazo trafico, en donde rara vez ven jente extraña y créen generalmente que se les va á hacer daño. Precisamente una de esas mujeres ha sido robada no sólo de lo poco de que esa pobre jente dispone, sino de lo que es incalificable, tambien le llevaron á su hijita de 5 anõs de edad y está en poder del notable señor Ferreyra de Araujo, habiendose realilzado esos hechos en el St. Rosa. No es del caso ocuparse por ahora de esos vejámenes: pero U. S. comprenderá, que es natural el recelo en quien ha sufrido exacciones y no es posible exijirle á esa pobre jente criterio suficiente para distinguir al caballero del que no lo es, ó el cumplimiento de sus deberes comerciales. Conociendolo, he tenido especial cuidado en no ocupar sus casas ó chacras y no entrar en relación alguna sinó con aquellos que estan en condicion superior y con quienes puede tratarse con toda seriedad. Sin ser mi animo desconocer la falta cometida por esa mujer, mereceria toda la indulgencia de U. S., si recuerda que en el bajo Purus el comandante de un buque brasileño en quien por su caracter si extrañan actos que no revistan seriedad, trató con el segundo jefe de la comision de U. S. el remolque de un batelon por determinado precio y al ir U. S. á abonarlo, deshizo su primer contrato exigiendo precio mayor, lo cual con justa indignación me referió U. S. Presenció tambien U. S. y su segundo estuva ábordo cuando em mismo buque brasilero dió fuerte proazo a la Cahuapanas, que pudo ser hechada á pique y como U. S. comprende el caso en que pude verme fue de los mas serios, sinembargo el capitan ni siquiera se presentó ó envió una excusa y por mi parte quedé convencido de la ignorancia de esas jentes. Lamento pues que esto haya sucedido estando acampado en el mismo lugar y no haber podido exijir sinó con buenas rasones, que no se realizase este hecho, porque al emplear otros medios hubieran creido abuso el justo procedimiento. Talvez antes del Curanja se consiga la embarcación que U. S. necesita. Me declara U. S. que no esperaba viveres cuando surcaba al Curiuja; talvez me he explicado mal y mi objeto fué decirle que en diversas ocasiones, cuando el caso se ofrecia, me decia U. S. estar seguro de que los viveres estaban en camino, presunción que se realizó; sin extrañeza para mi porque su segundo me comunicó á nuestra salida de San Braz y supongo que haya sido órden de U. S., que un mes despues enviaba á encontrarlo una embarcacion con viveres; ignorábase desde luego el lugar en el que debia encontrarnos. Pero como ya he dicho en mi anterior, nunca me dijo U. S. que traia la idea de volver se encontraba los viveres proximos y la mejor ocasión de comunicarme el proyecto debió ser en el Curiuja. Me hace tambien presente U. S. que yo le garantise que no llegaria al varadero. Si garantia se llama la opinión formada de un lugar desconocido para ambos, por solo los datos que recojiamos de los que habitan esta rejión y que conocian el varadero, resultará que esta duda la tenia tambien U. S., tan es asi que creyendolo imposible, me propuso U. S. volvieramos de la confluencia del Cujar y Curiuja. Fuimos venciendo las dificultades y avanzando, las embarcaciones de U. S. mas pesadas, iban en cambio con insignificante carga y muchas veces pasaban por sitios donde mis canoas, demasiado cargadas, encallaban.
Llegados al Cavaljani donde los batelones no podian pasar, segun me dijo el pasajero Perez que encontramos y cuyas canoas tomé, ofreci á U. S. y aceptó una de las grandes en la cual hizo U. S. el viaje; continuando siempre en la convicción fundada en el acerto indicado, de que yo mismo que estaba mejor acondicionado, llegaria con gran trabajo y en efecto llegamos sin que pueda negarse que fué fatigosa la jornada.
La exageración que generalmente se dá á lo que no se conoce, dá lugar a formarse ideas equivocadas y como digo, yo mismo dudaba poder llegar al ultimo punto, tales eran los datos que juntamente reuniamos. Me dice U. S. que salvando la falta de viveres, ninguna dificultad lo habria hecho retroceder; esto jamás puede ponerse en duda pues los que estamos á cargo de una comisión ó ya se trate de aquellos que conocen sus deberes no diré ninguna dificultad, pero si solo aquellas insuperables, los harian no cumplir hasta lo último.
Agrega U. S. que vuelve tranquilo y que nadie hubiera llevado más lejos el cumplimiento del deber, esto es perfectamente cierto y por mi parte deberé tambien decir, que vuelvo tranquilo respecto de la manera como he cumprido mi deber; lo que falta, habria sido hecho por otro de competencia superior, sin excederme en el buen proposito de haber hecho lo que ha estado al alcance de mis aptitudes.
Al proponer á U. S. que continuase viaje al varadero y que yo lo alcanzaria, no era para independizar las comisiones, puesto que al regresar, en el Curiuja ó otro punto del transito, habriamos comparado los trabajos y el valor oficial siempre existia; mi deseo era, que no demorasen esperandome sino que avanzasen lo mas pronto. Al haber recibido su oficio, que a los pocos momentos contesté, horas antes, todo se habria salvado, porque U. S. habria seguido en la misma tarde y no hubiera tenido lugar el reclamo, pero estas son deducciones que no pueden adivinarse, ni tiene objeto hacerlas.
Que se ha hecho todo esfuerzo por cumplir las instrucciones que nos han dado, es innegable; para probarlo, basta el hecho de haber llegado al lugar en que todos nos decian era imposible por la época de vaciante. Que la comisión de U. S. llegó por causas diversas a reducirse a nueve personas y que estas han soportado los dias mas penosos del viaje con reducido alimento, es tambien muy cierto y que contando con jente en esta condición ha echo U. S. verdadero esfuerzo para poder avanzar hasta el varadero, son hechos que soy el primero en reconocer. Aprovisionada mi comisión compuesta de veinte y una personas, para el viaje a los varaderos, dejando el resto del rancho en el Curanja por falta de embarcaciones para movilizarlos, me he visto en la condicion de vijilar y dar preferente atención á su consumo, porque siempre tenia el temor fundado, de perder alguna embarcación y verme en la apurada situación de no tener como alimentar á un personal relativamente numeroso é internado en las cabeceras en donde no hay recursos y no ignorando que los caucheros sólo disponen de lo muy necesario para su consumo, principalmente en este rio en que empiezan á reorganizar sus trabajos. No hé tenido pues viveres en cantidad suficiente que me hubiera permitido ofrecer a U. S. y acostumbrado á proceder siempre con la corrección debida, no ofreci a U. S. lo que al ser aceptado, me hubiera puesto en el bochornoso caso de no cumplir.
Queda asi terminado este oficio, que espero sea el ultimo en que haga referencia a los de U. S. de fecha 20. Dios guarde á U. S.
(Assinado) Pedro A. Buenaño.
Al Señor Ingeniero Euclides da Cunha, Jefe de la Comision Brazilera de Reconocimiento en el Rio Alto Purus.
Está conforme — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
Acampamento à margem do rio Purus, 24 de agosto de 1905
Ofício n. 92
Sr. Comissário. — Lamento bastante ter de volver ao assunto dos meus ofícios de 20 do corrente e não poder corresponder ao desejo de V.S.ª, que é também o meu, de terminar aquele incidente. Mas V.S.ª reconhecerá que na sua apreciável e pormenorizada comunicação de 21, fez referências que não devo deixar que passem em silêncio, porque também a exemplo de V.S.ª quero remover más interpretações ulteriores e o falso conceito dos que sejam estranhos à questão. Serei, porém, breve, cuidando apenas dos lances principais, e para delongar-me o menos possível irei destacando somente as asserções de V.S.ª que julgo devem ser mais completamente elucidadas.
Em primeiro lugar tratarei do distrato da ubá adquirida e já em serviço nosso, porque a encontrei nas cercanias do Chamboiaco. Viu V.S.ª que várias vezes procurei adquirir uma ao menos, “sem fazer questão do preço”, e não consegui este desideratum, e sabe melhor do que qualquer outro que sem tal embarcação é impossível navegar-se nas cabeceiras.
Entre as mesmas ubás, faz-se mister, não raro, abandonar-se as mais pesadas, apelando para as de diminutas dimensões a exemplo do que aconteceu na confluência do Cavaljane, onde V.S.ª, julgando impróprias as que levou, trocou-as pelas do correio de Iquitos — o que lhe permitiu satisfazer ao pedido meu para ceder-me uma das embarcações que abandonara e na qual realizei a travessia. É natural que a aquisição de uma embarcação destas e novo fornecimento de gêneros, me sugerissem o pensamento de voltar, assim como são naturalíssimos os resguardos que tive de revigorar o trato feito, antes de lhe enviar o meu ofício, consoante os esclarecimentos que lhe prestou o Sr. auxiliar técnico desta comissão.
Entretanto, mesmo que se mantivesse o trato, eu não devia voltar só. Insistiria sobre a viagem em comum, não só por obedecer ao espírito bem claro das nossas instruções como por um dever elementar de prudência, prevendo a natural estranheza que certo causaria aquela volta isolada e a passagem diante das mesmas povoações de Campas semi-bárbaros, cuja índole desconfiada talvez originasse incidentes que tenho a obrigação de prever e evitar. Evidentemente não quer isto dizer que seguíssemos sob a proteção da comissão peruana, mas convirá V.S.ª em que a simples presença desta evitaria sucessos que cada um de nós enfrentaria com firmeza, mas que seriam desastrosos para o objetivo que nos trouxe a estes lugares. Aí está a razão por que não parti na mesma tarde e também a razão por que tive a honra de lhe oferecer a metade dos gêneros que recebi, para abreviar a marcha, oferecimento que se fosse aceito seria imediatamente cumprido sem sacrifício nosso, porque por minha vez sempre timbrei em proceder com correção em todos os meus atos. Felizmente me dá V.S.ª esperanças de conseguir-se uma ubá antes de chegarmos a Curanja.
Explicando lucidamente a instabilidade de caráter da gente inferior destes lugares, tratou V.S.ª de assuntos bem dolorosos para todos. Não os comento. Escapam à minha alçada. Limito-me a reiterar-lhe, por escrito agora, o que muitas vezes lhe disse quando escutava amaríssimas queixas dos sacrificados pelas desordens que aqui houve. Nós, os brasileiros, pela índole grandemente afetiva e generosa do nosso povo, bem pouca responsabilidade podemos ter pelas desordens que romperam nestes lugares mal policiados, onde se agitam agrupamentos e não uma sociedade organizada. Passo a outros pontos.
Tratando da circunstância de me haver garantido por várias vezes, que eu não chegaria aos varadouros, diz V.S.ª que eu também, supondo impossível a travessia, lhe propus que voltássemos da confluência do Cujar e Curiuja. Aí está uma afirmativa que deve ser explicada. Sabe bem V.S.ª que este caso da travessia dos varadouros atravessou duas fases bem distintas. A primeira começou em Manaus e teve uma feição positiva e clara, isto é, baseado em todas as informações e considerando a quadra tardia em que partíamos, dizia-me V.S.ª: “Nós não atravessamos os varadouros.” E tão seguro estava disto que, sempre previdente, bateu-se fortemente pela ideia, a princípio também partilhada por mim, de uma ata em que expuséssemos as dificuldades a vencer e preestabelecêssemos solidários o recuo provável.
Não negará V.S.ª que eu, depois de partilhar também tal pensamento, o repudiei precisamente no momento em que nos reuníamos para se escrever o referido documento, fato de que não me arrependo e ao qual V.S.ª ainda se referiu depois, lamentando que ele não sucedesse. Até Curanja este tom não variou: nós não passaríamos os varadouros ante dificuldades naturais de toda a espécie e numerosíssimas desde o esgotamento dos últimos rios das cabeceiras até ao antagonismo formidável dos Campas.
Na confluência do Cujar e Curiuja surgiu a segunda fase: V.S.ª afirmava que passaria e que eu não passaria. Rompia-se repentinamente a solidariedade do recuo que se desejara firmar meses antes, em Manaus; e numa inversão completa de papéis V.S.ª afirmava-me que passaria adiante e que eu não daria mais um passo. Foi neste momento que eu lhe disse que o nosso recuo, naquele ponto, justificado pelas informações fidedignas ali obtidas e confirmadoras das que anteriormente obtivéramos, devia-se realizar sendo ambos partícipes da mesma responsabilidade. V.S.ª não aceitou apresentando-me entre outras razões estas: o não poder justificá-lo como eu, com um naufrágio que enfraquecera a minha comissão; o não ter o governo peruano, bem conhecedor da região, tanta necessidade quanto o meu de a conhecer; e, em síntese, o estar pronto para seguir, ao passo que eu não estava.
Em tal caso a ata que lavrássemos devia deixar bem claro que não seguiríamos avante por causa da comissão brasileira. Recusei-me a firmá-la; declarei que desejava ver de frente a impossibilidade material e tangível; e prossegui nas condições que são bem conhecidas de V.S.ª, tendo a felicidade de pisar no dia 3 do corrente os primeiros pendores do vale do Ucaiale.
Eis o que houve. Termino este ponto recordando que na confluência do Cavaljane, mesmo na ocasião de ceder-me gentilmente uma das ubás que abandonara, por julgá-la imprópria à travessia, ainda V.S.ª me garantiu (e certamente naquela ocasião não foi por simples dados que recolhíamos[,] porque tínhamos duras experiências dos lugares) que eu não passaria e que V.S.ª passaria. Tive a felicidade de demonstrar o contrário — e só diante do absoluto desfalecimento de recursos não levei avante a sulcada de Curiuja.
Realmente nunca lhe disse que tinha pensamento de voltar se encontrasse recursos, pela razão claríssima de nunca haver contado com eles, tais as dificuldades que rodeavam a vinda de uma embarcação — quaisquer que tenham sido as ordens que realmente dei neste sentido, e a dedicação dos companheiros que ficaram em S. Braz.
Naquele ponto, portanto, não podia comunicar-lhe o projeto de voltar, sobretudo considerando-se que a pessoa portadora da nova de haver chegado a Curanja um batelão carregado com víveres declarara que estes eram mui poucos estando a tripulação inapta a levá-los além de Santa Cruz. Isto foi dito na casa em que fomos cavalheirosamente acolhidos, e na presença de todos.
Com tais informes seria injustificável o convite.
Justíssimas as razões que espontaneamente apresenta V.S.ª pelo fato de não haver nunca oferecido parte dos víveres que possuía. Sempre as reconheci, e isto sem ter necessidade de qualquer indagação — mas por simples dedução, bem convencido de que francamente m’os ofereceria se os possuísse em quantidade suficiente.
Lamento ter sido obrigado a voltar a este assunto. Por minha vez faço votos para que cesse a questão que tanto nos desvia de outras, restando-me o consolo de que se a provoquei foi animado de uma boa intenção e sem nenhum propósito perturbador de uma harmonia tão necessária à eficácia dos nossos esforços e dos sacrifícios que fizemos. Subscrevo-me com a mais alta consideração.
(Assinado) Euclides da Cunha, Engenheiro Comissário.
Ao Sr. Capitão de Corveta D. Pedro Alexandre Buenaño, Dmo. Chefe Geral das Comissões Peruanas de Reconhecimento dos Rios Purus e Juruá.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
Comision Cientifica en el rio Purus. Curanja, agosto 25 de 1905
Señor Comisario. — Con bastante sentimiento y contrariando el deseo que tenia de no ocuparme de lo que ha motivado el cambio de notas que ha orijigado su apreciable de fecha 20 del actual, y a que U. S. hace referencias al mismo, en su tercer oficio de 24; véome precisado, felismente ya sólo muy á la lijera, á ocuparme de algunas frases que exijen alguna ampliación. Interminable se harian estas comunicacienes, cuya confeción nos distrae precioso tiempo, si en este viaje que lo ha requerido demasiado largo, fuéramos recordando, repitiendo y aclarando, las palabras que en ocasiones diversas hemos expresado y dándoles los diversos sentidos en que ellas puedan tomarse.
Asi, al explicar U. S. extensamente, porqué volvió del Curiuja, remontase a lo que yo dije en Manáos, de que no pasariamos los varaderos; cansado es repetir lo que he dicho á U. S. en mi comunicación de fecha 21.
Todos los datos recebidos en esa Capital, daban la casi seguridad de no llegar y yo, su sugundo que tambien conoce los rios, U. S. y en general, todos los de la comision, no creiamos poder realizarlo. Propuso un acta y U. S. mismo me expone, que antes que yo ya habia tenido esa idea. ¿ y ese documento suponiendolo efectuado, que resultado tenia? ello no era sino hacer presente, que talvez apezar de nuestros propositos, no podriamos llegar al lugar de nuestro destino por la mala epoca en que partia la comision? Que mala consequencia puede deducir-se ni en que puede atacarse al que prevée con fundamento los tropiezos ó malos exitos que pudieran subrevenir?
Repiteme U. S. que despues continué en la opinion de que no pasaria U. S. y que pasó. Ya quedó tambien explicado el por que de esta opinión y como por la condición de su gente llegó U. S. de la manera que ya hé expresado; y no negará U. S. convencido de ello, por haber encontrado pasajeros entre los que iban mujeres y aun criaturas, sólo tienen de notable para comisiones como las nuestras, apartando el objeto cientifico, el que só hechos generalmente con gente inapropriada, que hay que traer desde afuera y que se inutilizan por las enfermedades ó no hacen lo debido trabajo, habiendo que transportar gran cantidad de material además del delicado formado por los instrumentos, no encontrandose para el efecto las embarcaciones apropriadas. Es esto lo que hace dificiles los viajes á las cabeceras de los rios en la epoca mayor vaciante, sin que el efectuarlo soportando trabajos, sea debido á alguna especialidad. He sido el primero en declarar y repitole, que necesitó U. S. gran esfuerzo para llegar, en las condiciones en que efectuó la travesia; pero no dude U. S. que en egual condición el que suscribe y creo que cualquiera que conosca sus deberes, habian llegado al fin como lo ha hecho U. S; de lo contrario, seria necesario suponer que existen deferencias notables en los organismos, al punto que emprezas que mas que todo necesitan resignación, sólo puedan ser acometidas por seres determinados.
Tomo nota de lo que U. S. me dice de que los brasileños, por la indole grandemente afetiva y generosa de su pueblo, bien poca responsabilidad tienen de los desordenes que aqui tuvieran lugar, por estar mal policiados, etc., etc.
Toqué lijeramente ese punto sen tomar el nombre de los brasileños en general, pues no seria justo que los hechos de bandolerismo de algunos malos ciudadanos afecte en general el nombre de la nación á que pertencen; pero tampoco es justificable que las faltas cometidas no se reconosca por los que estan á enormisima distancia de aquellos y que no se procure el merecido castigo. Pero dejemos esta escabrosa cuestión para ocasión apropriada y quede asi terminado el presente, que veo con surpresa se ha hecho extenso. Dios guarde a U. S.
(Assinado) Pedro A. Buenaño.
Al Snr. Ingeniero Dr. Euclides da Cunha, Jefe de la Comision Brasileña de Reconocimiento en el rio Alto Purus.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
Sobre as coordenadas; cronômetros etc.[ 5 ]
Cocama, 21 de agosto de 1905
Comision Cientifica en el Rio Purus.
Señor Comisario. — Tengo el agrado de dirigirme á U. S., recordándose que en el Curiuja antes de emprender el viaje de regreso, adverti á U. S. que oficialmente iba á pedirle que formásemos un cuadro de las coordenadas astronómicas de los puntos principales que se habian trabajado en el viaje de subida, á partir desde el Catay, á fin de rectificar en el viaje de bajada , aquellos en que hubieran diferencias: este cuadro, que debiamos canjearlo, quedaria como documiento oficial, debiendo anotarse en las coordenadas que se hubieran tomado de Chandless.
U. S. me dijo que no creia necesario que hiciera por escrito este pedido y convinimos en que U. S. me enviaria el referido cuadro con los nombres de los puntos que U. S. hubiera determinado dejando el valor de las coordenadas en blanco á fin de hacer yo uno igual y una vez llenado con los trabajos respectivos que cada uno ha hecho, hariamos el canje.
Como sin duda las preocupaciones naturales de esta clase de viajes, han retardado hasta hoy que se cumpla lo que verbalmente habiamos convenido, lo solicito nuevamente, si es que para ello no tiene U. S. inconveniente.
Podemos considerar puntos principales y U. S. agregará los que yo haya olvidado, los siguientes:
Boca del Pucani.
Id Id Cabaljani.
Hurmana Grande del Cujar.
Confluencia del Cujar y Curiuja.
Rio Ronsoco.
Id Shambuyacu.
Id Maniche.
Id Cocama.
Id Santa Cruz.
Boca del Curanja.
San Juan.
Catay.
Se servira U. S. decirme aquellos cuyas coordenadas tenga U. S. completas, asi como las que no lo esteni, especificando si es la latitud ó la longitud lo que falta; asi como las que hayan sido tomadas de Chandless.
Además habrá que poner la altura del astro observado, el error enstrumental, la hora del cronometro con el valor de las correcciones, estado y movimiento y para evitar errores, se pondran los valores en numeros y letras.
Como U. S. comprenderá es indispensable que ámbos tengamos este documento que no es de gran emportancia y formariamos otro equivalente con los trabajos que se hagan en la bajada.
Dios guarde á U. S. — (Assinado) Pedro A. Buenaño.
Al Sr. Dr. Euclides da Cunha, Jefe de la “Comision Brazilera de Reconocimiento del Rio Alto Purus”.
Acampamento à margem do Purus, 24 de Agosto de 1905. — n. 94
Sr. Comissário. — Respondo ao seu ofício de 21 do corrente.
Realmente recebi na confluência do Curiuja o convite que me fez para firmarmos um quadro das coordenadas astronômicas dos pontos principais da região que atravessamos, e deferindo-o acrescentei que não o podia fazer de pronto, porque as circunstâncias especialíssimas da subida faziam que eu só pudesse confiar nas coordenadas que determinei depois da contraprova das observações de baixada, o que ademais é preceito obrigatório.
É o que farei; e antes de chegar ao acampamento de S. Braz, antes mesmo da Boca do Chandless, terei a honra de dar-lhe os elementos que deseja e receber os que me fornecerá. [ 6 ]
Permita-me sugerir a V.S.ª, como anexo ao referido quadro, um outro em que se averbem os demais dados imanentes a um reconhecimento, tais como a forma e a estrutura dos terrenos, regímen e caracteres físicos dos rios observados, etc., e V.S.ª, que tanto deseja este cotejo de estudos por um processo tão diverso dos geralmente adotados (em que o debate oral e a larga troca de idéias são fecundos recursos para a definição final dos trabalhos) terá a bondade de remeter-me com antecedência regular um modelo do quadro que deseja.
Subscrevo-me com a mais alta consideração. — (Assinado) Euclides da Cunha, engenheiro-comissário. — Manoel da Silva Leme, engenheiro-secretário.
Ao Sr. Capitão de Corveta D. Pedro Alexandre Buenaño, Digno Chefe Geral das Comissões Peruanas de Reconhecimento do Alto Purus e Alto Juruá.
Acampamento à margem do Purus, 24 de Agosto de 1905. — n. 93
Sr. Comissário. — Quando em Curanja na escala que ali fizemos em princípios de Julho, determinei os primeiros horários para firmar os estados absolutos e as marchas dos meus cronômetros, desejava apenas uma primeira aproximação, de modo a ter grosso modo um juízo sobre aparelhos até então confiados a outrem que melhor a eles se afeiçoara e que vinham de um naufrágio agravado subsequentemente por um transporte imperfeito.
A minha preocupação essencial, naquela ocasião, era seguir quanto antes para as cabeceiras deste rio antes que se esgotassem os escassos recursos com que contava, e se agravassem os efeitos da quadra imprópria em que estávamos. Tinha adiante muitos pontos intermediários ainda, que me facultavam ajuizar melhor sobre a variação da marcha — e, mais do que isto, a viagem de retorno que (de acordo com os preceitos dos melhores mestres) é a única que permite toda a segurança nos cálculos das posições geográficas.
Bem sabe V.S.ª que até ao momento de se cindir, pelas forças das circunstâncias, a minha comissão, estavam confiados ao competente profissional aqueles aparelhos — de sorte que eu não podia ter feito observações freqüentes, únicas que fornecem dados seguros sobre as marchas e estados, principalmente com um transporte da natureza do que fizemos, no qual, além das causas constantes de variação, incidem sem-número de outras, acidentais, que não se podem prever.
Fi-las a partir de Curanja para as cabeceiras, e continuo-as sistematicamente, na volta, tendo esperanças de resultados capazes de satisfazerem com as coordenadas aproximadas dos pontos principais atravessados.
Neste propósito tenho a honra de pedir-lhe uma nova comparação que, se os dias forem propícios, se poderá efetuar a 29 do corrente.
Subscrevo-me com a mais alta consideração. — (Assinado) Euclides da Cunha, engenheiro-comissário. — Manoel da Silva Leme, engenheiro-secretário.
Ao Sr. Capitão de Corveta D. Pedro Alexandre Buenaño, M. D. Chefe Geral das Comissões Peruanas de Reconhecimento do Alto Purus e Alto Juruá.
Comision Cientifica en el Alto Purus — Curanja, 25 de agosto de 1905
Señor Comisario. — Acuso recibo de su apreciable de fecha 24 del presente, en el que U. S. pide hagarmos una nueva comparación de cronometros el dia 29, por no haber sido de confianza por las causas que U. S. anota, los estados y marchas que trabajó en el viaje de subida.
Con el agrado de siempre, accedo á lo que U. S. solicita, pero habiendose hecho frecuentes observaciónes en el Curiuja e puntos intermedios, algunos de estos de posición conocida y como solo han transcurrido tan pocos dias desde nuestra salida del lugar citado, creo demasiado largo el intervalo que señala U. S., por lo cual seria mejor reducirlo hasta el 27, si es que para ello no tiene U. S. inconveniente.
Se hace indispensable fijar los coordenados del Catay á medida que el tiempo transcurra, hay más probabilidad de que los cronometros sufran alteración, por lo cual si hemos de continuar bajando, desearia partir lo mas pronto.
Me hace presente U. S. qui segun la opinion de mejores maestros, es el viaje de bajada el único que permite tener seguridad en los calculos de las posiciones geográficas.
Respeto la opinion aludida: pero me parece que ella variaria, al conocer la manera como se viaja en estos lugares y sucede que los enstrumentos habiendo sufrido mucho menos en la subida, pueden dar resultados de mas confianza que los de bajada, teniendo yo el ejemplo practico en uno de mis cronometros y es sabido que ya en uno ó otro caso, la comprobación es necesaria.
Pero eso es que pedi á U. S. y ruegole si sirva excusar si en este mismo hago referencia á su segundo oficio de la misma fecha, el cuadro de coordenados á fin de que encontrada alguna deferencia, la pudieramos desde luego aclarar.
Veo que comprendi mal pa U. S. el dia que tratamos de este asunto, porque entendi que U. S. me habia ofrecido dármelo el dia seguiente.
Piedeme U. S. un anexo al cuadro por mi solicitado, que comprenda la forma y estructura de los terrenos, rejimen y caracteres fisicos de los rios observados y que se lo enviara á U. S. con la anticipación debida, esto como consecuencia de que deseo este cotejo por proceso inverso al generalmente adoptado.
Veo que la idea que tuvo, que verbalmente expliqué y que U. S. halló buena es hoy mal interpretada y que no he dado lugar á que U. S. se exprese con las palabras con que termina al anterior acápite.
Habiendose hecho ligera comparación de los cróquis del Curanja al Curiuja al mi solicitud, y no encontrado puede decirse deferencia en la orientacion, sólo faltaba rectificar la escala, que sólo podemos obtener con la situacion geográfica de los puntos que se destinguieran y á los cuales pudieramos referirnos en el traso hecho y este éra el objeto que me guiaba y que expliqué á U. S.
El cuadro que á su vez solicita U. S. es de secundaria emportancia, nunca comparable al que yo pido y lo tendrá U. S. tan luego tenga un poco ménos trabajo y para mejor cumplir lo que U. S. solicita, en vez de esperar le forme el modelo sirvase U. S. hacerlo; especificando las secciones que con mas detenimiento han sido objeto del estudio de U. S. como lo he hecho yo con el cuadro que solicito.
La condición geolojica del terreno que sólo podemos apreciar por el aspecto de las orillas en el rápido viaje que venemos efectuando; la relación que se haga de la fauna y de la flora, cree U. S. que podrian alterar el resultado de los arreglos o negociaciónes que efectuem nuestros Gobiernos?
Si tal emportancia da U. S. á estos datos, igualandose casi puede decirse á los de coordendas no cree U. S. que un geólogo ó un agrónomo hubieran sido enviados á efectuar este estudio? Reconosco la capacidad y aptitudes que para el caso pudiera U. S. tener, pero serian ellos tan profundos que le permitieran dar el enforme con tal detalle y analisis que les dieran una importancia decisiva?
Por mi parte no trepidaré en decir, que mis informes al respecto, sólo serán lijeros detalles de los cuales hay varios que tanto U. S. con yo sólo los hemos obtenido por informaciones.
Siendome pues el tiempo muy estrecho, no me es posible por el momento reasumir los detalles que contiene el diario, para atender immediatamente al pedido de U. S.: y su resultado práctico no vendria á dar por el momento provecho alguno; pues son datos que sólo servirán para la exposición que hagamos pa nuestros Gobiernos; sin que ellos tengan relación alguna con el cróquis que en borrador venimos trasando.
Ninguna persona medianamente entendida, podria en el caso actual igualar ó siquiera aproximar la emportancia de un pedido á otro, pero no desespere U. S. y facilmente en cuanto la recargada labor que U. S. sabe llevo, me lo permita, tendré el honor de atender á lo que U. S. solicita.
Como comprobación de las rasones expuestas, me referisé á Chandless: quien quiera que estudie este rio y recorra los trabajos de este notable hombre de ciencia, non podrá menos de admirar la exactitud y municiosidad de sus trabajos, cuyo libreto posu U. S. y sin embargo de la emportancia de ellos y de la competencia de que los hizo, muy superior á la nuestra ó mejor dicho á la mia, lo que U. S. considera tan importante, no lo encontrará alli sino como un simples detalle lijeramente esbozado.
“Que el debate oral y un largo cambio de ideas són fecundos recursos para una determinación final de los trabajos.”
He aqui las importantes palabras con las que U. S. termina su apreciable, ellas forman evidentemente um axióma y en las comisiones semejantes á las nuestras, sus ideas debian realizarse; desgraciadamente no son llevadas á la práctica. E por causa ó culpa de quien? dejo a la consciencia de U. S. el delucidarlo.
Para terminar diré á U. S. que trato siempre de sujetarme á los procesos generalmente adoptados en los casos enálogos.
Dios guarde a U. S. — Pedro A. Buenaño.
Sñr. Ingeniero Don Euclides da Cunha, Jefe de la “Comision Brasileña de Reconocimiento en el Rio Alto Purus”.
Curanja, 26 de agosto de 1905 — n. 95
Sr. Comissário. — Em resposta ao seu apreciável ofício de ontem acerca da comparação dos nossos cronômetros — consideradas de um modo geral, são justas as suas ponderações. Mas, como as observações freqüentes nos pontos intermediários se fizeram no decorrer de travessias inçadas de tropeços e de causas perturbadoras, entendo que uma breve parada será utilíssima para uma melhor definição da marcha. Além disto, totalmente impróprio para observações o dia de hoje, torna-se-me impossível aceitar a data de 27, que V.S.ª propõe — e restrinjo o prazo pedido para 28, se o tempo não continuar adverso.
Caso continue a descida, isto é, se continuarem infrutíferos os esforços que desde ontem fazemos para obtermos uma embarcação apropriada, a dilação será apenas de um dia. Fico por isto seguro de que será atendido o meu desejo.
Quanto ao quadro das coordenadas, devo antes de tudo certificar-lhe que, de fato V.S.ª não me compreendeu bem; não lho prometi para o dia seguinte, prometi-o para a primeira oportunidade.
Vejo que estranhou V.S.ª o anexo sugerido; mas eu o propus apenas como um complemento sem lhe dar a importância que imagina, porque esta só lhe poderiam dar em outras condições, V.S.ª se tivesse tempo para se dedicar a estes assuntos, e eu se não me escasseasse competência. Disse claramente — dados imanentes aos reconhecimentos — isto é, indicações gerais que devem ser seguras, mas sem o porte das que reclamam um naturalista. De sorte que tudo quanto V.S.ª doutamente escreveu a este respeito tem a minha plena aquiescência, e respondo às interrogações com que me honrou com uma outra interrogação:
Se dei tal importância àquele quadro porque o reduzi a simples anexo, um adminículo ou remate para ultimar o quadro que V.S.ª propôs?
Estas divergências sucessivas denunciam todos os inconvenientes dos nossos diálogos por escrito, e infelizmente lobrigo no final do seu apreciável comunicado a acusação de que fui eu o único causador dos mesmos.
Mas, se assim é, Sr. Comissário, o simples fato de não prolongar este ofício (defendendo-me e despertando talvez novas divergências) deve revelar quão pequeno é o meu pendor para tais atos.
Subscrevo-me com alta estima e consideração. — Euclides da Cunha, Engenheiro
Comissário. — Está conforme. — Manoel da Silva Leme, Engenheiro Secretário.
Ao Sr. Capitão de Corveta D. Pedro Alexandre Buenaño, Digníssimo Chefe Geral das Comissões Peruanas de Reconhecimento do Alto Purus e do Alto Juruá.
Comision Cientifica en el Rio Purus — Curanja, 26 de agosto de 1905
Senõr Comisario. — Es en mi poder su apreciable de hoy, en la que U. S. pide prolonguemos nuestra permanencia en este lugar hasta pasado mañana, para verificar la comparación de los cronometros, lo cual acepto con el mejor agrado.
En el tambien me dice U. S. que queda enterado de que “por falta de tiempo del que subscribe y competencia de U. S. no se hacia por el momento el anéxo que propuso”.
Cuando sus ocupaciones se lo permitan, ruégole á U. S. recorra nuevamente mi anterior del 25 y encontrará U. S. cuan léjos estuve de semejante pretensión, pues se deduce de las palabras transcritas, que fáltame tiempo pero no la competencia para tratar profundamente del asunto á que me referia, le cual fué muy ageno á mi proposito.
Dios guarde á V. S. — Pedro A. Buenaño.
Al Snr. Ingeniero Don Euclides da Cunha, Jefe de la “Comision Brasileña de Reconocimiento en el Rio Alto Purus”.
Em Cataí
(Deslocamento do acampamento brasileiro)
Comision Cientifica en el Rio Purus, Catay, 30 Agosto de 1905
Senõr Comisario. — Me es grato dirigir á U. S. este oficio, esperando se sirva dar preferente atención al objeto que lo motiva.
Aunque nuestras comisiones tienen un fin determinado, creo que estamos en el ineludible deber de procurar allanar y evitar cualesquiera dificultad, que pudiera sobrevenir y que traeria como fatal consecuencia la alteración de la buena armonia que existe en nuestros gobiernos y que es necesaria para los arreglos de limites que están actualmente tratandose, aún cuando para conseguirlo fuera preciso enmiscuirnos ó ofrecer nuestra influencia con los que dirijen las otras comisiones en este rio, la qué han sido creadas precisamente para afianzar y garantizar la reciproca tranquilidad, gravemente alterada con los sucesos que tuvieran lugar en 1904.
Las comisiones mixtas de policia, crearonse y determinose fijaren su residencia en Catay. Prestando atención a los nombres conque distinguen ó dan á los distintos lugares del rio, se vê que todas las casas ó sembrios hechos en una de las curvas que el rio forma y que puede tener hasta mas de una milla de extensión, tienen egual nombre y asi sucede por ejemplo con Catay, nombre de las casas actuales y de la curva ó playa que alli se forma y el cual también darán á todas las nuevas construcciones que se hagan. Por conseguiente al determinarse que las comisarias se fijaran en Catay, no debe haber sido la mira de nuestros Gobiernos que residieran en el mismo barracon ó a poquisimos metros de distancia, pues ello entrañaria grave peligro, como paso é exponer, que no pasará desapercebido á la penetración de U. S. y que nuestros gobiernos han estado muy lejos de fomentar un peligro, por talvez mala interpretacion de las instrucciones que acordaron. Todo militar y aún el que no lo es, sabe que aún entre tropas que son de distintos cuerpos no obstante de pertencer á una misma nación, existe siempre alguna rivalidad que solo una extricta disciplina la mantiene sin manifestarse cuando llegan a estar en intima comunicación y se esto se verifica entre tropas de distinta nacionalidad y en lugares tan apartados, en donde existe el fenomeno de agriarse los animos, lo que se atribuye á la clase de vida que hay suportar, comprenderá U. S. la grave situación que de un momento a otro puede sobrevenir en el Catay, por encontrarse los pequenos destacamentos de peruanos y brasileños á tan poca distancia que sólo pocos metros separa sus viviendas.
U. S. tiene suficientes pruebas del grado de disciplina en que estan los soldados brasileños que forman estos destacamentos y supongo que los de mis compatriotas tampoco sean de los que se distinguen como los mejores, porque generalmente y es grave error, mandan á estes lugares con raras excepciones a los que en los cuerpos de que forman parte han dejado mucho que desear y todo este genero de consideraciones haran que U. S. convenga en que el peligro existe y que debemos procurar evitarlo. Desacuerdos entre soldados cuya relación es imposible evitar por proximidad en que están, un poco de alcohol escapado á la vigilancia de los superiores y en fin tantas otras causas que seria largo detallar, originarian desgracias de verdadera seriedad y que si a U. S. lo guia, como lo espero, egual deseo que al que suscribe, podemos con tiempo evitar.
Remediar este mal es muy sencillo y sólo se requiere la buena voluntad del Comisario de Policia Brasileño ó del que lo representa. En efecto todo se reduce a que se radique á 400 ó 500 metros del lugar en que encontráron estabelecido el destacamento peruano, sin que pueda alegarse que han adeantado mucho trabajo, porque puede cercivrarse U. S. de que empiesan á fornar viviendas y sólo están al principio de esta labor. De este modo estaran lejos de los desordens que pueden ocurrir por las razones anotadas y los jefes en facil comunicación para el cumplimiento de sus mutuas obligaciones.
El destacamento peruano desde hace tiempo está viviendo alli en casas y chacras hechas por el peruano Sr. Scharff, que provisionalmente la ha cedido á la comisaria puruana y ya está construida la nueva casa que está al terminarse.
Por consiguiente no seria logico exigir que sea ella la que abandone el lugar.
Si pues U. S., como lo espero, abriga eguales sentimientos que el que suscribe, para remediar el mal puede influir con el Sr. Linares cómisario interino á fin de que estableza su destacamento algo más apartado del outro y el al dar cuenta á su superior no hay duda que aprobará tan sagaz procedimiento. Sentiria que U. S. no apoyase esta idea nascida del bueno deseo de que no se perturben las buenas relaciones entre nuestros paises y por mi parte cumplo con el deber de presumido un peligro, immediatamente señlarlo y haber hecholo posible por evitarlo. Dios guarde a U. S.
(Assinado) Pedro A. Buenaño.
Al Snr. Ingeniero Don Euclides da Cunha, jefe de la Comision de Reconocimiento Brasileña en el rio Alto Purus.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc.
Cataí, 31 de agosto de 1905 — n. 96
Sr. Comissário. — Conforme tive a honra de dizer-lhe verbalmente, estou de pleno acordo com o pensamento capital expresso no ofício desta data, que V.S.ª me dirigiu — relativamente ao prevenir-se qualquer desavença nos dous acampamentos da comissão mista administrativa estacionada neste ponto.
Mas infelizmente divirjo da medida proposta por V.S.ª : não posso e não devo intervir para que o comissário brasileiro se desloque do ponto em que se acha; e V.S.ª compreenderá perfeitamente os motivos delicadíssimos desta declaração, feita com a máxima franqueza. Faço justiça a V.S.ª e confio na sua superioridade de sentir para dispensar-me de apresentar os motivos desta declaração.
Subscrevo-me com alta estima e consideração.
(Assinado) Euclides da Cunha,
Engenheiro Comissário.
Ao Sr. Capitão de Corveta D. Pedro Alexandre Buenaño, Digníssimo Chefe Geral das Comissões Peruanas de Reconhecimento dos rios Purus e Juruá.
Está conforme. — Antonio Carlos Cavalcanti de Carvalho, secretário ad-hoc. [ 7 ]
[ 2 ] O Sr. Comissário peruano não replicou. N. do A.
[ 3 ] Cf. a respeito carta de Euclides da Cunha ao Barão do Rio Branco, de 8 de junho de 1905. N. do E.
[ 4 ] Esta volta, como os nossos trabalhos o indicam, não teve nenhuma importância, sendo insignificante o trecho que se não examinou; mas cumpre que ela seja amplamente esclarecida. N. do A.
[ 5 ] Indicam-se as únicas divergências que houve entre os comissários quanto a este ponto. A ata do encerramento dos trabalhos, transcrita mais adiante, demonstra o acordo final dos mesmos. N. do A.
[ 6 ] Vê-se que a dilação era insignificante. O meu fim era fixar as coordenadas, como fixei, somente depois da contraprova das observações em Curanja, onde chegamos um dia depois da data deste ofício. N. do A.
[ 7 ] O comissário administrativo brasileiro permaneceu no ponto em que estacionara. N. do A.